jueves, 22 de mayo de 2014

A sus 71, Lou Reed alcanzó a los de El club de los 27

(INVERTEBRAL, columna de colaboración para www.ciento40.com.mx)

27/10/13

La noticia conmocionó a muchos ayer, Lou Reed uno de los grandes del rock, sobreviviente a la vorágine sesentera, falleció  la mañana del domingo luego de que en mayo pasado le hicieran un trasplante de hígado.

Libró las sesiones de electroshocks que sus padres autorizaron para aplacarle el carácter rebelde durante su adolescencia, y su tarjeta de ingreso al club de los 27 se quedó en su bolsillo, pero el cotorreo no es de a gratis, y aunque aún no confirman que su muerte haya sido consecuencia del trasplante, su salud no fue la misma después de eso.
De cualquier modo, haber muerto a los 71 años de edad, en paz y rodeado de la gente que lo amó (Según su médico, el Doctor Charles Miller) era lo menos que Reed merecía, tras el gran legado musical y poético que ha dejado para la posteridad.
Pocos, después de la desintegración y/o desmorone de una banda, logran tener sobriedad y plantarse ante el público durante décadas, Lou lo hizo después de las desgarrantes guitarras de la gran banda The Velvet Underground que tuvo a bien fundar con John Cale, Sterling Morrison y Maurren Tucker, con nada más y nada menos que el patrocinio artístico de Andy Warhol.
El fiesteo de éste gran señor quedo plasmado en muchas de sus canciones, de un modo elegante y sublime, cosa admirable en su trabajo, ahí está Heroin (de mis favoritas, por cierto). Mientras los Beatles romanceaban, The Doors estallaba y Dylan la hacía de cronista, Lou Reed ponía los puntos sobre las íes de modo serio, con la crudeza intelectual –además- que solo él podía imprimirle a la música… o sea, ¡quién saca un disco basado en cuentos de Allan Poe!
La lista de las bandas influenciadas por el neoyorquino es larguísima, basta citar que los Ramones salieron también de Nueva York, que en uno de sus espectáculos “colaboró” David Bowie, o que los Metallica estuvieron ayudando en la grabación de su disco Lulu.
Por cierto que también le gustaba la fotografía y el cine, por ahí hay unas fotos que realizó durante sus viajes y un documentalito familiar, que deben ver. Si aún no lo creen, googleenlo, tuvo exposiciones y toda la cosa. Eso sí, un trabajo muy diferente a la personalidad estampada en los escenarios. Con su amada Leica y enemigo del Photoshop, captó en su mayoría, ambientes de paz.
En fin, hasta los más grandes se van, pero nunca mueren. En una entrevista en España, el año pasado, le preguntaron ¿cómo le gustaría ser recordado?, y  él contesto: “Como una persona honorable, sin más”, por tanto, honor a quien honor merece.
La recomendación:
‘The Heroine’, ‘Walk on the wild side', 'Transformer', 'Sweet Jane', 'Rock 'n Roll', “Street hassle” y ‘Perfect day’ por mencionar algunas rolas.
‘Jealous guy’,  cover de Lou Reed a John Lennon.
‘Romanticism’, libro de sus fotografías.
‘Red Shirley’, documental en el que plasma las hazañas de su prima.
… y bajarle al alcohol, por aquello del hígado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario