jueves, 22 de mayo de 2014

De los RHCP a la Bostik

(INVERTEBRAL, columna de colaboración para ciento40.com.mx)
Primero lo primero, a presentar ésta columna como Dios manda. Sin más pretensión que compartir lo que veo, oigo y callo, principalmente en torno a la escena musical, se escribirá éste espacio, porque ésa es la idea, ponerle rocksito a todo.
Advierto no soy una especialista musical, pero bailo tango, masco chicle y tengo viejos de a montón ¡tururú!
Una vez dicho lo anterior, prosigo. Inicialmente quería escribir sobre los Red Hot Chili Peppers, cuyo álbum con mayores ventas, Californication, cumplió 14 años, peeeero, mientras escribía las primeras líneas de ésta H. columna, leía una mala noticia, el bajista de la banda Bostik murió en un accidente automovilístico en la carretera que lo llevaría a una presentación a León.
Algunos estarán con cara de ¿? Y otros con una mentada por cambiarles a los Red por ¿La Banda Bostik? Si, rock urbano, yo les advertí. Para los que no sepan, ésa banda es una de las más reconocidas en el mundo under, under, under ground, tan así que a su líder le dicen “El Guadaña” ¿qui’hubo?
En todo caso las dos bandas se formaron en 1983, una en Tlalnepantla y otra en Los Ángeles, en las dos hay historiales de drogas, en la mexiquense mona y flan; y en la gabacha, coca y heroína; las dos talentosas en lo suyo, e importantes colaboradoras en mi formación musical, a las dos las comencé a escuchar en la secundaria.
Dos bandas en apariencia diferentes,  coinciden en su esencia, créanlo o no,  además de que los dos vocales se quitan la playera en el escenario (claro que Anthony Kiedis se antoja más que El Guadaña), las letras de sus canciones con melancólicas, subversivas y de repente suicidas.
Dios me perdone por la comparación, pero aquí se trata de música, del sonido, del soltarse entre confabulados sonidos y reavivar el alma, el cuerpo, o lo que se deje. Ya lo diría Julio Cortázar: "¡Música! Melancólico alimento para los que vivimos de amor." 
Llámenme “ruca”, pero todo esto solo me da melancolía. Más allá de las edades, de los momentos estéticos, de los estilos y corrientes musicales que adoren, pienso que, por ejemplo, la pasión de los Red Hot que desbordaban en sus videos o el de la Bostik, que lleva al Guadaña a ondear nuestro lábaro patrio en pleno toquín; ha decaído con el paso de los años.
Quiero pensar que se debe a mi ignorancia o a la evolución tecnológica (algo tendrá que ver, porque eso tiene que ver con todo hoy en día) y no a la apatía de los músicos o a la poca exigencia del público musical.
La recomendación:
De los urbaneros, “Déjala ser” o el clásico “Tlatelolco”; y “Road trippin” o “Aeroplane” de los Red.

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